Durante 40 años debutó como el primer Jeep Diesel.

Aunque los motores diésel son más eficientes y económicos que los de gasolina, nunca han sido populares en Norteamérica. Esto cambió un poco en la década de 1970, cuando las crisis del petróleo se convirtieron en una seria amenaza para el bajo precio de la gasolina. Pero incluso entonces, la popularidad de los coches diésel fue solo un fenómeno temporal. En 1978, Oldsmobile presentó el primer turismo estadounidense con motor diésel, que, sin embargo, fue un fracaso comercial. Además, se realizaron varios experimentos similares, el más interesante de los cuales estaba relacionado con Jeep piese auto online.

Durante 40 años debutó como el primer Jeep Diesel.

La historia del Jeep diésel comenzó en la primera mitad de la década de 1960, cuando la compañía ofreció la opción de equipar los modelos CJ-5 y CJ-6 con un motor diésel Perkins británico de 3,2 litros y 62 CV. Poco después, cuando Jeep ya era propiedad de American Motors Corporation (AMC), esta idea se retomó brevemente. Entre 1980 y 1982, la planta de la compañía en Ohio produjo cantidades limitadas de versiones diésel equipadas con un motor Isuzu, pero estaban destinadas exclusivamente a la exportación.

El último y más ambicioso intento en este sentido se realizó en 1985 por iniciativa de Renault. Al mismo tiempo, AMC mantenía una estrecha colaboración con la compañía francesa, y así surgió la idea de implementar su motor turbodiésel J8S en parte de la gama estadounidense. El motor de cuatro cilindros, fabricado íntegramente en aluminio, pesa tan solo 150 kilogramos y tiene una altísima relación de compresión de 21,5:1. A pesar de la inyección forzada, genera una potencia de tan solo 85 CV, mientras que la del motor de gasolina Jeep de 2,5 litros estándar es de 117 CV (por lo tanto, no es casualidad que ni la potencia ni el consumo de combustible se mencionen en la publicidad de este modelo). Además, a diferencia de sus homólogos estadounidenses, el motor diésel de Renault cuenta con un árbol de levas superior y una correa de distribución. Esto (al menos en teoría) lo hace más suave y silencioso, pero también implica un mantenimiento más frecuente, ya que la correa debe cambiarse cada 80.000 kilómetros.

Con el tiempo, el J8S se hizo famoso por sus frecuentes fallos en las juntas y los tornillos de culata. Cabe destacar que, además de estar propulsado por una bomba de combustible mecánica, sin control electrónico, el motor también contaba con un intercooler, lo que lo diferenciaba de la mayoría de los turbodiésel del mercado estadounidense. De hecho, en aquel entonces, el J8S gozaba de gran popularidad en todo el mundo, utilizándose en un gran número de turismos Renault de producción en serie, así como en los cupés deportivos Fuego y las furgonetas Espace, Trafic y Master.

Los primeros modelos Jeep de producción equipados con motor diésel fueron el Cherokee y el Wagoneer, presentados en 1985. Un año después, debutó la camioneta diésel Comanche. Sin embargo, el motor diésel solo se mencionó de pasada en los folletos publicitarios y nunca se mostró en una foto. En su versión inicial, las versiones diésel del Jeep estaban disponibles con transmisión automática de tres velocidades o manual de cinco, pero pronto solo quedaron las de transmisión manual.

La breve presencia del Jeep diésel en el mercado se debió a varios factores. El principal estuvo relacionado con los precios de la gasolina, que se estabilizaron a finales de la década de 1980, y el interés por la eficiencia de combustible que ofrecían los modelos diésel disminuyó drásticamente.

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La historia del Jeep diésel comenzó en la primera mitad de la década de 1960, cuando la compañía ofreció la opción de equipar los modelos CJ-5 y CJ-6 con un motor diésel Perkins británico de 3,2 litros y 62 CV

El último y más ambicioso intento en este sentido se realizó en 1985 por iniciativa de Renault